La actual Constitución Política de Chile contempla un mecanismo de reforma constitucional que permite la modificación de todos sus capítulos estableciendo quorum de 3/5 y 2/3 según el caso. No obstante lo anterior, la modificación de los capítulos que requieren un quorum de 2/3, en la práctica es ilusoria dado: la composición binominal del Congreso Nacional, el alto quorum requerido y el control de constitucionalidad del Tribunal Constitucional, lo que ha derivado en la existencia de múltiples reformas someras a la Carta Fundamental que no han podido alterar el núcleo esencial de esta. A esto se suma que en ella no se señala la posibilidad ni el mecanismo para ser reemplazada por una nueva Constitución.