Sebastián Piñera: Prefiero a Pablo, mi hermano, que a un roteque cualquiera
Como en las monarquías, antaño el poder era privativo de la familia aristocrática: nadie se extrañaba que se heredara de padres a hijos o primos y sobrinos, (los Alessandri, los Frei, los Errázuriz, los Pintos…, hoy ocurre lo mismo con los Piñera, Bachelet, que se turnan en el poder); la única diferencia con la monarquía de derecho divino es que el poder no viene directamente de Dios, sino de los electores.