El “enjambre” del Eje de la Resistencia en Asia Occidental apenas ha comenzado y todavía tiene muchas cartas militares y económicas por jugar. El Eje de la Resistencia eslavo lleva dos años luchando sin descanso, y sólo ahora empiezan a vislumbrar una posible luz, vinculada a la caída de Adveevka, al final del (turbio) túnel.