Colombia: Mi hipótesis sobre las armas y algunas preguntas Carta abierta al Secretariado de las FARC-EP
Quien les escribe fue militante urbano del PCCC (Partido comunista clandestino colombiano) de las FARC durante 13 años. Casi todo ese período desarrollé mi trabajo clandestino en un centro urbano del suroccidente del país. Me retiré individualmente justo al momento de enterarme -tras un período de negacionismo e incredulidad- que sí iba en serio la entrega de las armas del pueblo a la burguesía [por intermedio de la ONU] para su destrucción. No soy disidente, soy un comunista convencido, que espera que otros comunistas inconformes rompan con el silencio como hoy lo estoy haciendo yo, ese silencio que es demasiado parecido a la estupidez, porque como decía Jaime Pardo Leal, hay momentos en que callar es mentir. Yo al menos no quiero mentir, mentirme a mí mismo ni mentirle al país.
Colombia: Adiós a las armas, se cerraron los contenedores
El día 27 de junio, en primer plano, es un día especial para la paz de Colombia, se termina el ejército del pueblo, y se inaugura el partido sin armas de las FARC. Hay optimismo para que la paz siente bases sólidas, se incorpore en todos los tejidos de la sociedad y se transformen las instituciones tomadas por el espíritu y lenguaje de la guerra. Hay esperanzas y confianza para salirle al paso a las otros múltiples tipos de violencia de alguna manera relacionados con la desigualdad, el sufrimiento, las carencias y el trauma psicosocial que dejan cinco décadas de guerra en que la muerte tuvo su auge con secuelas de violencia endémica contra las mujeres y los niños, contra excluidos, marginados y opositores.
Colombia: ni siquiera ha llegado la paz de los cementerios
Durante décadas se nos dijo que, desaparecida la guerrilla, desaparecería el paramilitarismo (según algunos violentólogos, una mera reacción a la “violencia guerrillera”) y que el Estado ya no tendría excusa para seguir reprimiendo, encarcelando y asesinando dirigentes sociales. Afirmaciones contrarias a todo sentido histórico que han sido, lamentablemente, desmentidas por los mismos hechos en Colombia.
¿Paz en peligro? Asesinato de otra líder social en Colombia pone en alerta al Estado
Manyoma tenía 31 años, era defensora de Derechos Humanos y pertenecía a la Red Conpaz, informó ‘El Espectador’. Tanto ella como su pareja fueron heridos con arma blanca el fin de semana pasado; en el momento del hallazgo, sus cuerpos se encontraban en avanzado estado de descomposición.