Mario Kreutzberger, Don Francisco, el Papa de la televisión chilena, por años ha sido defendido por los rostros de la farándula criolla como si se tratara de una dignidad eclesiástica. En privado, se sinceran pero se cuidan. Callan. Tienen miedo. Pero los tiempos cambian. Los ídolos caen y los intocables, también. Junto con ser un pionero de la industria de la televisión, fue asimismo un precursor de las malas prácticas. Junto a él se han sentado el éxito y el escándalo.