Si queremos economías pujantes, servicios públicos de calidad, empleo de calidad y seguridad social inclusiva, es necesario un sistema fiscal acorde a los objetivos.  Poner un freno a la voracidad del capital transnacional es condición fundamental para recuperar la soberanía económica y financiera de nuestros países, para recuperar el discurso de lo político por sobre lo aparentemente técnico.