Sin presión no hay agua
En el actual contexto de crisis hídrica, en el que la falta de agua para consumo humano es un reflejo del sistema generador de abusos e inequidades que son causa de la crisis social por la que atraviesa nuestro país, creemos que es urgente rediseñar las políticas públicas en materia hídrica. Para ello, desde Fundación Newenko proponemos que el estatuto jurídico del agua, y la noción de derecho humano al agua, deben encontrar amparo constitucional expreso y prioritario, y que dicha protección derive en un desarrollo legislativo en función del interés general de la sociedad, concepto que, desde la dictación de la Constitución de 1980 y el Código de Aguas de 1981, se ha reconfigurado en su urgencia y entidad.
La vida en el «infierno» chileno, donde la gente no tiene acceso al agua
Si bien el agua es considerada como un derecho humano por Naciones Unidas y diversos tratados internacionales, en Chile no es así. Su legislación, que se asienta en la Constitución de 1980 sancionada por la dictadura de Augusto Pinochet, lo convierte en el único país en el mundo en que todas sus fuentes hídricas terminan en manos privadas.
¿Emigrar es o no es un Derecho Humano?
Y aquí en Chile, país de inmigrantes que se vinieron a instalar encima de los nativos americanos y que se enjuaga la boca con agua bendita o con aleluyas bíblicos, hemos sido incapaces de reconocer en la Migración un Derecho Humano, y así no se firmó un Pacto de buenas intenciones, porque en realidad no es vinculante sobre el tema.
Ignorar el Pacto Migratorio, la polémica actitud de Gobierno para cuidar la soberanía
Más de 150 países firmaron el «Pacto Mundial para una migración ordenada, segura y regular” de la Organización de Naciones Unidas, acuerdo del que Chile se restó, atrayendo fuertes críticas de la oposición y de los organismos vinculados a los derechos humanos y la migración. El Ejecutivo defendió su postura asegurando que “cada país tiene derecho a fijar sus propias reglas” en esta materia.
Condición de migrante: condición humana
Se suele aceptar que las migraciones son parte de la condición humana, el ser humano siempre migró en su búsqueda de mejores condiciones de vida. Sin embargo, esta visión es un tanto peligrosa cuando no deja comprender que parte del fenómeno de la migración responde a las carencias económicas, a la falta de justicia, la seguridad personal, el genocidio capitalista, etc. Gran parte de la condición de migrante, puede ser entendida desde la figura del desplazado.