En enero de 1974, Robinson Manuel Guerrero Álvarez fue detenido y maltratado por varias horas por un joven oficial, que obedece justamente a la descripción que hace Fernández Larios del hipotético asesino de Salvador Allende, y que mientras lo tenía detenido se ufanó de haber sido él quien realmente mató a Salvador Allende, al mismo tiempo de exhibirle, en su muñeca el reloj de Allende, el mismo que observó el general Palacios.