una Constitución no es cualquiera cosa. Es la norma que establece las reglas del juego que rigen la sociedad, con el pueblo como poder constituyente. Por tanto, una Constitución debe ser el resultado de un consenso político alcanzado por toda la sociedad. Y la Constitución de 1980 era inaceptable. Redactada por amigos de la dictadura y luego aprobada en un plebiscito oscuro, las reglas del juego que definió no representan a la sociedad y solo benefician a un determinado sector de ella. Entre otras cosas, protege al extremo el derecho de propiedad y, en cambio, no reconoce como derechos sociales la vivienda o el agua y permite el lucro privado en la educación, salud y seguridad social.