La discusión sobre la sentencia judicial respecto del asesinato del expresidente Eduardo Frei Montalva en 1982, ha abierto varios debates. Más allá de que algunos hagan gala del extraño gusto de discutir “la verdad judicial” solo cuando se condenan agentes o colaboradores de la Dictadura, pero no frentistas o mapuches; y que otros se preocupen demasiado de cómo debemos pensar de un presidente golpista víctima de un magnicidio desde los golpistas; queda poco debate de fondo.