Casi cinco centenares de líderes sociales, a lo largo y ancho de Colombia, han sido asesinados en los últimos tres años, pero miles más que luchan por la autonomía de sus territorios y los derechos de campesinos e indígenas, siguen en peligro ante la desidia o desinterés del gobierno del ultraconservador Iván Duque. ¿Cambiará algo ahora que la Fiscalía reconoció sistematicidad de estos crímenes?