Carta a Ana González de Recabarren ante el fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago
Y, por lo mismo, hoy, a pesar de todo, tengo confianza en el futuro de Chile; pero tengo, también, temor de lo mismo pues las tareas que esperan a la comunidad nacional al término de la pandemia son colosales. Los ricos querrán mantener sus privilegios, al igual que todo el estamento dominante: militares, marinos, policía, jueces, empresarios, agiotistas, banqueros, especuladores. Una dura prueba espera al pueblo de Chile luego de esta pandemia.
La última batalla de Ana González
Ella dice que “la felicidad es la alegría de vivir, y que haya dónde dormir, dónde anidarse en una casita, tener hijos, que los hijos se eduquen, que todos los jóvenes estudien, que los niños sean felices y que los viejos sean bien cuidados por todo lo que han hecho en su vida. Yo creo que es muy difícil ser feliz en las circunstancias en que estoy, porque ser feliz es no saber de la infelicidad, y algunos muy cercanos se han dedicado a hacerme la vida imposible. Pero hay sonrisa, porque lo que la dictadura quiso es que yo, como tantas, nos fuéramos a la casa a llorar y quedarnos muy tranquilas. Pero no lo lograron”.