Como en toda Latinoamérica, los agredidos por las grandes empresas, especialmente transnacionales de la industria y la banca, han descargado la crisis del sistema, incrementado por la pandemia, sobre las espaldas de los trabajadores. Millones están en la cesantía o perecen por falta de asistencia de los servicios sanitarios del Estado destruidos a favor del sector privado de salud.