The New York Time informa que EE.UU. «…colocó sus primeras sondas de reconocimiento en las redes eléctricas rusas en 2012 —cuatro años antes del escándalo sobre la supuesta injerencia del Kremlin en las elecciones presidenciales—, pero hoy en día «la estrategia estadounidense se ha vuelto más de ofensiva«. «Estamos trabajando a una escala que antes era difícil de imaginar», confesó al medio una fuente anónima del Gobierno de EE.UU.