Miren esas viviendas, ese barrio, esa calidad de vida en la que crecimos muchos niños, la indignante precariedad del entorno, la violencia en la que crecimos, la falta de oportunidades que se reflejan en la foto. En mi pobla ODIAMOS a los pacos, siempre los odiamos porque NUNCA vinieron cuando a nuestras madres les sacaban la cresta sus maridos, nunca vinieron cuando en mi colegio religioso abusaron de mis compañeros, no estuvieron cuando mataban a alguien en una balacera, no venían nunca.