Cerca de 420 mil personas, habitantes de unas 600 localidades de Chile, carecen de agua potable. Otra cantidad no dimensionada, pero muy superior, enfrenta una creciente escasez de este vital elemento. En gran parte en el norte, en el centro y en varias provincias del sur, la minería, la industria forestal, los cultivos intensivos, las pisciculturas y las plantas hidroeléctricas se han ido apropiando de los derechos de agua y extrayendo, además, muchas veces de manera ilegal los caudales que se hallan bajo la superficie.