Fascismo racista en Bolivia
“De rodillas indios de mierda, griten viva la capitalidad”, “Sucre se respeta carajo”, “Llamas, pidan disculpas”, fueron las consignas impuestas por un grupo de jóvenes chuquisaqueños que mediante patadas y puñetes obligaron a cerca de 50 campesinos quechuas a quitarse las camisas, ponerse de rodillas y quemar la bandera del MAS y la wiphala (símbolo de las naciones originarias) en pleno frontis de la Casa de la Libertad ubicada en la plaza principal de Sucre.
Un chileno desde Venezuela: Mea culpa de un tonto útil
Llegue hasta el punto de que estaba dispuesto a dar la vida por ‘salvar a mi país del comunismo’. Como yo, eran miles los trabajadores que poco a poco fuimos manipulados, tanto que no dudé ni un momento cuando provocamos la huelga. Participé activamente en reuniones en la sede del Partido Demócrata Cristiano en Rancagua, donde se daban las instrucciones para mantener el conflicto. Organicé junto a otros la toma de Radio Rancagua, la que se transformó en nuestra plaza Altamira, junto a Guillermo Medina (el Juan Fernández chileno)”.
Para Marina Silva: «política sin teología es puro negocio»
La salida de Marina Silva del Ministerio de Medio Ambiente representa una enorme pérdida de calidad política del gobierno Lula. Por calidad política entiendo la competencia del gobernante de mantener la unidad de los contrarios, esos contrarios inherentes a toda convivencia social y democrática, que confiere dinamismo y vida a la sociedad. Marina Silva representaba en el gobierno un polo decisivo y fundamental para una política responsable por el futuro de la vida y de la integridad del Planeta: el cuidado del medio ambiente global y de las condiciones ecológicas que garantizan la vida en toda su inmensa diversidad.
Las ideas inmortales de Martí
"… Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber —puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo—, de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin". José Martí
Las Disculpas de Venezuela
Nada de lo que diga el gobierno chileno, ni el venezolano, puede borrar el hecho de que, por influencias políticas inconfesables, la presidenta protegió a (Arturo Herrera) un amigo de un general criminal y excluyó de la policía de Investigaciones a algunos de los mejores hombres que ha tenido esa institución en su historia reciente, privando al país del equipo que investigó y resolvió literalmente decenas de casos de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Pinochet.
Tranzar sin avanzar
Tranzar sin avanzar, o el nuevo modo de hacer política de comunistas, humanistas y cristianos de izquierda
“Avanzar sin tranzar”. No se quien inventó la consigna que como símbolo del proceso revolucionario chileno ganó aquí las calles y fue conocida mundialmente.
Las dos palabras de la consigna eran todo un programa político: reflejaban la necesidad de expropiar con rapidez la propiedad burguesa e imperialista para debilitar y retrazar la contra revolución que se preparaba, al mismo tiempo que organizábamos a nuestras propias fuerzas para el combate, desechando cualquier sueño pacifista, armando ideológica y militarmente a los explotados.
El honor perdido de Elena Varela
Lo primero que asombra es el comportamiento de la prensa y la televisión: sin que medie juicio o sentencia alguna, Varela ya fue condenada. En la prensa chilena el caso ha sido confinado a escuetas notas en las páginas policiales. Nadie ha investigado el caso, nadie ha averiguado sobre la cineasta, nadie ha preguntado quién es ni qué estaba haciendo realmente allí. Se han limitado a lapidarla. No es forzado el paralelo con la novela del Premio Nobel alemán Heinrich Böll, El honor perdido de Katharina Blum, que relata un caso real: cómo la prensa hizo pedazos la vida privada de una mujer.
Viditas
Una noche, hace cuatro años, el mismo hombre que es todos los hombres, salió a robar y se llevó con él al hijo de nueve años de la mujer. Ella no quería, pero le pegó hasta desmayarla.
Llegaron hasta un negocio cerrado, había una claraboya, una caja y algunos billetes. Adentro también había alguien con un arma y disparó.
Murió antes de aprender el oficio del robo, dejó sin terminar el tercer grado, inconclusa su carrera de pibe. Pero nadie pagó por la vidita. No hubo notas. No hubo sentencias. No hubo crónicas ni cronistas para esta muerte. Fue sólo una muerte de barrio. Pobre y fugaz, como un romance.
Fin a una descarada negación
Durante décadas, la Armada de Chile negó tenazmente estos hechos y obstaculizó toda investigación. Comportamientos bien conocidos en estos casos: corporativismo, negacionismo, obstrucción a la ley. Hasta que, en 2006, la infatigable juez logró forzar la entrega por la Armada de la bitácora del Esmeralda, documento en el que aparecía registrada la entrada en el buque del padre Woodward. Esto, además de desmentir la contumaz negación institucional, permitió a la magistrada (amenazada de muerte desde el pasado noviembre) profundizar en su investigación, hasta desembocar en esta notable resolución, sin precedentes en ese hermético ámbito estamental.
«¿Ha almorzado la gente?»
Según Genaro Prieto, nuestro héroe, Arturo Prat, debió ser miembro del Club de Los Rotarios, pues minutos antes de saltar al Huáscar se le ocurrió, nada menos que preguntar “si ha almorzado la gente”; la idea radicaba en pasar a la eternidad con el estómago lleno de ricas sopaipillas pasadas en chancaca. Seguramente previó que en el cielo los especuladores alimentarios habían elevado, a precios inalcanzables la imprescindible harina, tal ocurre en estos tiempos. Es muy distinto morir saciado que con las tripas sonando de puro hambre.