El desarrollo de la estrategia del gobierno: Los supuestos previos
“[…] el objetivo del sector hegemónico del Bloque en el Poder no es sino el restablecimiento de las condiciones que existían hasta antes del 18 de octubre de 2019 a fin de seguir extrayendo el plusvalor de las clases dominadas en la forma que lo había hecho hasta ese momento. Para conseguir su objetivo necesita recobrar el ‘liderazgo’ de Piñera, lo que implica diseñar una estrategia en torno a recuperar, consecuentemente, la confianza de la comunidad nacional en el mandatario y la subordinación de todo el espectro político a su conducción. En palabras más simples, se trata de tomar el control de la nación para poder determinar, más tarde, las tareas a realizar”
El Covid-19 es una realidad, pero hay que observar las ventajas que algunos están sacando de su uso
En Alemania se introdujo el requisito de la máscara en el transporte público y en el comercio. El presidente de la Asociación Médica Mundial, Frank Montgomery, ha criticado esto como «equivocado» y el uso previsto de bufandas y pañuelos como «ridículo». De hecho, los estudios demuestran que el uso de máscaras en la vida cotidiana no aporta beneficios mensurables a las personas sanas y asintomáticas, razón por la cual el infectólogo suizo Dr. Vernazza habló de «Media Hype». Otros críticos hablan de un símbolo de «obediencia forzada y públicamente visible».
El virus de la hipocresía
¿Por qué este pánico irracional? Algo hay tras todo ello, pero los ciudadanos comunes no podemos saberlo. Como siempre, la historia se mueve de espaldas a las masas. Las grandes decisiones son tomadas en secreto por pequeñísimos grupos de poder, en las sombras; los colectivos las padecemos. Hasta que alguna vez reaccionamos. Las revoluciones son posibles, y la historia de la humanidad, en definitiva, es una historia de revoluciones, de violentos choques sociales. Sigamos albergando la esperanza en cambios: el capitalismo, por ejemplo, no es eterno. Pero solo no caerá; habrá que hacer algo al respecto.
El otro virus
Ahora sí, por fin, se está viniendo abajo un castillo de naipes que parecía perfecto: “El gobierno del 1%, por el 1% y para el 1%”, según expresión del Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. No es el capitalismo el que está herido de muerte: es el tipo de capitalismo –neoliberal- que inauguraron Margaret Thatcher y Ronald Reagan en los años ochenta. ¿Alguien puede imaginar a algún candidato a presidente de la república, en cualquier país del mundo, declarando hoy: “Yo propongo que la salud la dejemos en manos de los privados”?
Triple Crisis Sanitaria, Económica y Social: Piñera se Juega al Todo o Nada
En un ambiente de crispada expectativa y generalizada desorientación, el país aguarda con talante sombrío y agarrotado, el embate de la doble ola, de la crisis sanitaria y la crisis económica, previsto para fines de abril, o principios de mayo. Hay quienes creen que dispone de información que no comparte, y utiliza como insumo en la toma de decisiones. Pero lo visible, en el nivel público, es que tanto la información como las decisiones han sido confusas, opacas y contradictorias, en los tres ámbitos sanitarios comprendidos por la emergencia: la infraestructura, en este caso, el número de ventiladores mecánicos disponibles; el diagnóstico, vale decir la cantidad y calidad de los exámenes de detección; y el tratamiento; o sea, el aislamiento sanitario, sean aduanas o cordones sanitarios y cuarentena, parcial o total.
La ética pública ante el coronavirus
a sorpresiva llegada del Covid-19, pese a que diversos expertos en gestión de riesgos vienen advirtiendo de una posible pandemia, nos sitúa ante retos múltiples en el terreno de las políticas públicas y la construcción de ciudadanía. Pesa a la hegeliana recomendación de que la Filosofía se tome su tiempo para responder (en su aforismo: la lechuza de Minerva levanta su vuelo al atardecer), irrumpieron todo tipo de opiniones filosóficas y afines al respecto. Tal ha sido el caso del libro de difusión masiva por las redes, Sopa de Wuhan.
La estrategia de las clases y fracciones de clase dominantes chilenas ante el Covid 19
El estallido social de 18 de octubre de 2019, que hemos preferido llamar ‘la revolución chilena de octubre’, no parece indicar que el modelo neoliberal vaya a seguir aplicándose, por lo menos, en Chile; la pandemia ha sido solamente ‘un alto en el camino’ de este largo peregrinar de las clases dominadas. Todo hace entender que las reivindicaciones tomarán más fuerza una vez que el peligro del virus corona, en su versión Covid 19, se haya alejado. Entonces, algo va a pasar.
La renuncia de Piñera a su deber constitucional de proteger a la población
Piñera, con su provervial audacia y radical ausencia de escrúpulos, hizo lo que siempre el capitalismo durante su larga zaga de crisis cíclicas y recurrentes: proteger a la clase privilegiada de turno y condenar al resto a la ley natural de la sobrevivencia de los más aptos.
«Morirán los que tengan que morir», reconocen en privado; y todavía más íntimamente, que morirán los pobres y menos aptos para la supervivencia.
«Pero siempre fue así, y siempre será», se limitan a reflexionar.
Frente al coronavirus los gobiernos van amasando poder (no todos son autócratas)
En Hungría, el primer ministro ahora puede gobernar por decreto. En el Reino Unido, los ministros tienen lo que un crítico llamó poder “impactante” para arrestar a la gente y cerrar las fronteras. El primer ministro de Israel ha cerrado los tribunales y ha emprendido una estrategia de vigilancia invasiva de la ciudadanía. Chile ha desplegado al ejército en las plazas públicas otrora ocupadas por manifestantes. Bolivia postergó sus elecciones.