Las fuerzas que dominan el mundo y lo mantienen en su situación actual no son sólo de poder económico, político, militar o estructural, sino también simbólico y mental. Tal vez son sobre todo mentales. Estamos dominados y somos esclavos porque todavía no hemos llegado a tener conciencia suficiente de ello. Y no hemos llegado a tener conciencia, en parte debido a que no nos es comunicada la información que nos abra los ojos, sino una información que desinforma, que oculta los verdaderos problemas y sobre todo las necesarias utopías. Una información y una comunicación concientizadoras tal vez son el mejor camino al ‘otro mundo posible’.