Está claro que en ningún país de América Latina existe, en estado puro, un régimen de democracia directa, sin embargo, en forma creciente, gobiernos como el de Chávez, Correa, Morales y Ortega están incorporando a sus Constituciones formas de democracia directa, por ejemplo, el plebiscito revocatorio, la iniciativa popular en los proyectos de ley y organizaciones barriales y locales.