Han transcurrido cinco semanas desde que se produjo el estallido social protagonizado por millones de ciudadanos chilenos, los que han dicho basta a la tremenda desigualdad que existe en el reparto de las riquezas de nuestro país, y también a la indiferencia institucionalizada de una casta política que solo se ha dedicado a “maquillar” el modelo neoliberal impuesto en dictadura, sin escuchar las demandas y necesidades reales del pueblo, las cuales si fueran atendidas permitirían mejorar las condiciones de vida y el desarrollo integral de la mayoría. Léase: educación gratuita, salud de calidad, pensiones dignas, vivienda y cultura, entre otros.