No estoy en contra de los móviles ni de los instrumentos que los sustentan. Pero sí que estoy en contra de que se oculten y/o ignoren sus posibles efectos nocivos para la salud y que no se tomen medidas que reduzcan y/o eliminen tales riesgos por parte de las autoridades públicas ni otras para informar a la población. La evidencia científica está mostrando de una manera creciente que hay riesgos en su utilización que deben reducirse o eliminarse. Y el Estado español, repito, no lo está haciendo.