Los israelíes apuñalan homosexuales y queman niños. No hay la menor sombra de calumnia, la mínima dosis de exageración, en esta seca descripción. Sin duda son las acciones de unos pocos. También es cierto que su número aumenta y que todos- todos estos asesinos, los que prenden fuego, apuñalan, arrancan los árboles— todos son del mismo campo político. Pero el campo adverso comparte la responsabilidad.