Desde el 2008, año que explotó una de las crisis más importantes en la historia de este país, han aumentado los índices de pobreza y por ende el número de personas que no tienen lugar para vivir. Cada año en la ciudad de Nueva York, hay 100.000 habitantes que no tienen un techo para dormir. El 90% de «los sin techo», son afroamericanos y latinos; entre 40 y 50% experimentan problemas psicológicos.