La Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) realizada el pasado 10 de abril, fue escenario de una ruptura sin precedentes en la historia política y diplomática del continente.
A través de un acto de fuerza y en violación flagrante del marco normativo de ese organismo, se llevó a cabo la expulsión de facto del gobierno de Venezuela, mientras que a partir de las presiones del gobierno de Estados Unidos, se produjo la imposición arbitraria e ilegal de un representante del denominado gobierno interino de ese país caribeño.