Tarapacá fue nuevamente vendida a los intereses personales del señor feudal en nombre de los intereses de Estado. Dejar a los colaboradores de Rossi en el Gobierno Regional de Tarapacá fue el precio que pagó el gobierno por su voto para elegir al Contralor General de la República.
Burgos hizo lo que su posición le obligaba a hacer y Rossi se aprovechó de ello, haciendo lo que mejor sabe hacer: utilizar los asuntos públicos para su interés personal. Llegó el tiempo de que los pueblos de nuestra región hagan también lo suyo: repudiar las lógicas que hacen de nuestra gente, moneda de cambio.