La experiencia chilena es extraordinariamente abundante en este sentido, una reforma tributaria menor, los cambios para una educación más equitativa y de calidad o la reforma a la legislación laboral, han desatado los demonios del horror en el país por la derecha. Ellos no ven que son antídotos mínimos para evitar las explosiones sociales que en muchas partes del mundo ya se están produciendo.