La coordinación conservadora de los presidentes de Argentina, Mauricio Macri, y de Brasil, Michel Temer, ha conseguido desmontar los más importantes avances de la integración de los países de América del Sur que, en los pasados diez años, conformaron la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) como bloque referente de las relaciones mundiales marcadas por la multipolaridad de potencias y de proyectos integracionistas regionales.