Los peligros de esta iniciativa son evidentes entonces, y quienes no entiendan esto es probable que sean justamente quienes comparten la idea de que la protesta no es un legítimo derecho cuando no se encuentra dentro del marco institucional. No obstante, el problema del Chile actual es precisamente que la institucionalidad se ha visto desbordada y no es capaz de dar respuesta a las contradicciones materiales generadas por el capitalismo y su expresión neoliberal: desigualdad, injusticia y precariedad.