“La pregunta que surge ahora es, ¿esto inválida completamente la pretensión  boliviana? Categóricamente la respuesta es no” El autor sostiene que “lo que queda invalidado es una demanda basada en un argumento de validez legal”, que ha sido “la base del argumento y el caballito de batalla  que ha permitido a políticos bolivianos demagogos apoyarse, para ganar poder y popularidad”. Y con el fallo se debe iniciar “una nueva conversación entre ambos países, la que debe centrarse en encontrar la mejor solución para que ambos resuelvan de manera efectiva y eficiente el enclaustramiento de Bolivia. Con la mirada puesta en el futuro y no en el pasado.”