Hace dos años Moro consideró que Lula era propietario de un departamento en Guarujá, aún reconociendo que el expresidente no pasó ni una noche allí y que no existe un título que documente su propiedad. La falta de pruebas se hizo más elocuente en 2018 cuando nuevos documentos indicaron que el  departamento en cuestión fue entregado como garantía por una empresa constructora.