Después de la derrota electoral del 14 de abril de 2013 y de agotar las acciones desestabilizadoras para desconocer los resultados, la ultraderecha venezolana asesorada por agentes estadounidenses, cambió su táctica y El guion se repite como en el Chile de Allende (1973) iniciándose un sabotaje económico para derrocar al gobierno, en vísperas de las elecciones municipales (8 de diciembre).