Quedaban dos cuotas por pagar, 66.666 pesos. Los reunimos en dos días y retiramos el ataúd de Occisos Limitada. Era bonito, macizo, de buena madera, quizá raulí, barnizado en color roble claro, el mismo tono de madera nueva que lucían los andeles de libros del Flaco Astudillo, con gruesas manillas de bronce, para que los compañeros de célula lo cargáramos, desde la parroquia del 27 hasta el cementerio. (El Flaco era un comunista católico, como muchos de sus camaradas chilotes).