El mayor peligro que amenaza Occidente se encuentra en Occidente mismo: bastaría con recordar que si la democracia, la lucha por las libertades individuales y por los Derechos Humanos son bien occidentales, no menos occidentales son la censura, la persecución, la tortura, los campos de concentración, la caza de brujas, la colonización por la fuerza de las armas o del capital, el racismo, etc.