El 50 aniversario del golpe militar, por la violencia que implicó, ahora debidamente aclarada por la Comisión Nacional de la Verdad, no puede dejar indiferente a ningún ciudadano honesto. Importa señalar claramente que el asalto al poder fue un crimen contra la constitución y una usurpación de la soberanía popular, fuente del derecho en un Estado democrático.
Dedico este artículo a mi compañero de seminario Arno Preis, lleno de hambre de justicia, muerto en Paraiso do Norte, GO, el día 15/2/1972.