Benazir había pasado de ser la Hija del Oriente a una activista de Occidente, haciendo suya la agenda de Bush, a cambio de miles de millones de dólares que recibía para Defensa, mientras la pobreza mantenía unos escandalosos niveles en un país de 200 millones de personas. Sirva como ejemplo que aún hoy destina el 17% del PIB al Ejército y menos del 1,5% Educación.