Documentos recientemente descubiertos en archivos de EE.UU., revelan que una misión encabezada por el general John Galvin, del Ejército Norteamericano, fue a Chile en 1986 para evaluar las crecientes protestas callejeras y los esfuerzos de la guerilla para poner término al impopular régimen de Pinochet. Cuando EE.UU. comenzó a comprender la profundidad y pasión de la oposición, buscó “Una partida honorable para el Presidente Pinochet, quien sería recibido como un invitado del gobierno” (norteamericano)”.