La atomización del poder de los ciudadanos se inició como un proceso sistemático a nivel planetario, el que ha ido traspasando gran parte del poder que le corresponde a los ciudadanos, cada vez que vota, a través de normativas legales, tanto nacionales como internacionales, que canalizan  hacia la aristocracia política y financiera las decisiones que nos corresponden, respecto de asuntos que son vitales para nuestra vida. Ahí están los tratados de libre comercio, los acuerdos bilaterales, las concesiones mineras, los derechos de agua, los desechos tóxicos, etc.