Los jóvenes nos ubicamos en el patio, próximo a un gran ventanal, en el cual se había ubicado una radio de gran tamaño, que trasmitía las primeras cifras. A medida que avanzaba la hora, los resultados eran cada vez más abrumadores en favor de Carlos Ibáñez, generándonos bastante desazón. Nadie habría la boca, hasta que el propio Allende rompió el silencio diciendo en voz alta: “Compañeros, no preocuparse. Todavía no llegan los resultados de Lota”. Efectivamente, Lota fue el único lugar donde triunfó Allende, pero digamos con unos dos mil votos.