La postura adoptada por nuestros representantes en las Naciones Unidas, un acto con un fuerte valor simbólico, tenía que ser diferente, porque era necesario responder con madurez política a una acción gratuita y generosa, que había salvado vidas reales de italianos de carne y hueso. Me pregunto qué sentido pedagógico y político podría haber tenido en cambio nuestro voto en contra