El 19 de julio de 1979 es una fecha histórica que merece y necesita ser recordada por varias razones, la primera, por el enorme respeto al pueblo de Nicaragua, a su historia, al tremendo esfuerzo que significó derrotar política y militarmente a una dictadura criminal, que se intentaba consolidar como la principal cabeza de playa de la invasión norteamericana en Centro América. La segunda razón es, porque la revolución Sandinista fue un triunfo alentador y un mensaje de optimismo para la izquierda latinoamericana, que en esos años estaba cruzada por la derrota y el pesimismo, luchando por recomponer sus fuerzas y sobreponerse a la represión que día a día asesinaba a valiosos compañeros y compañeras en todo el continente.