El diputado Giorgio Jackson (RD) lamentó que el Tribunal Constitucional haya rechazado prohibir a los controladores con fines de lucro en la educación superior, asegurando que ya «no tiene ningún sentido legislar. Lo que hace es borrar de un plumazo algo que se lleva más de 10 años tratando de hacer, contradiciendo también el espíritu de la ley». El parlamentario se manifestó «bastante decepcionado, no es una sorpresa, lo anticipábamos. Este mal llamado Tribunal Constitucional, que opera como una verdadera tercera cámara política, se compone seis a cuatro entre las posiciones más conservadoras y los que podrían opinar de forma más progresista».