Encontrar un camino en el ojo del volcán, interna y externamente, será el reto político definitivo para el chico del regreso. Lula ha sido descartado en innumerables ocasiones, por lo que subestimarlo es una mala apuesta. Incluso antes de comenzar su tercer mandato, ya ha realizado una gran hazaña: emancipar a la mayoría de los brasileños de la esclavitud mental.