Los aplausos del Fondo Monetario Internacional a las medidas del nuevo gobierno, y su regreso a fiscalizar la economía argentina nos resultan alarmantes y nos retrotraen al nefasto pasado reciente de comienzos de la década del 2000. Ya hemos sufrido excesivamente estos aplausos y fiscalizaciones que son una puesta en escena que oculta la trágica entrega de los recursos nacionales a manos de la usura internacional resignando el desarrollo legitimo del futuro de varias generaciones de argentinos y la soberanía económica..