El otro gran factor que posibilita estos rápidos ascensos de extrema derecha son los propios errores (u horrores) que se cometieron en el propio campo de la izquierda progresista. En el caso especial de Brasil, es obligatorio nombrar al Partido de los Trabajadores, que gobernó durante tantos años y que si bien abrió un amplio abanico de libertades e impuso importantes cambios sociales (muchos de ellos de corte únicamente asistencialista) no quiso romper el molde del capitalismo, y fue abandonando poco a poco la idea original (con la que el propio Lula agitaba en sus orígenes a los trabajadores metalúrgicos) de la opción por el socialismo, quedándose estancado solo en el “progresismo”.