En 2009, esta doctora en Salud Pú­blica por la Universidad de Barce­lona, teóloga feminista y monja benedictina, salió del anonimato con un vídeo en el que denunciaba los intereses de la industria farmacéutica en torno a la vacuna de la Gripe A. Poco después, defendió en televisión la necesidad de una huelga general indefinida que llevase a la dimisión del Go­bierno. En 2013, junto al presidente de Justicia i Pau, Arcadi Oliveres, se convirtió en una de las impulsoras del Procés Constituent, un movimiento que cuenta hoy con más de cien asambleas y 40.000 adherentes.