Los términos “soberanía” y “defensa” quedan, hoy en día, excluidos del vocabulario de la mayoría de los ciudadanos por la simple razón que han sido eclipsados por el concepto de “globalización”. Este se presenta como un proyecto de paz y de consenso que incitaría a los habitantes de nuestro planeta a convertirse en una hermandad que una cultura armónica, un mismo idioma y un mismo pensamiento unirían.
Desgraciadamente, la realidad contradice esta lógica discursiva. Lejos de vivir en un mundo de armonía, estamos inmersos en un proceso incesante de conflagraciones.