La extrema derecha que nos amenaza
La extrema derecha, con manifiestos rasgos fascistas, crece de forma preocupante en Europa. Liberales y socialdemócratas tienen alta responsabilidad en su emergencia. Le dieron la espalda al Estado del bienestar y se aferraron al neoliberalismo. Apoyaron a la banca en la crisis financiera del 2008 en vez de a los trabajadores. En este cuadro, con un desempleo creciente y una masiva ola de refugiados, generada por las guerras en Siria e Irak, la ciudadanía optó por el populismo de derecha.
Las primarias presidenciales y los nuevos escenarios
Si bien la votación de Piñera logró movilizar más del 90% del activo de la derecha en las últimas elecciones municipales de 2016, aún le faltarían 2.000.000 de votos para tener posibilidades de triunfar en la segunda vuelta de las presidenciales, sin embargo, sí está claro de que Piñera será el candidato a la segunda vuelta en la selecciones de noviembre próximo – incluso, hasta ahora, tiene las mejores posibilidades de encabezar la primera vuelta -.
El problema no es Trump, sino nosotros
La obsesión con Trump es una fachada para muchos de esos que se autoproclaman «liberales de izquierda», como para reclamar una decencia política. No son de «izquierda», y tampoco son especialmente «liberales». Gran parte de la agresión de Estados Unidos hacia el resto de la humanidad provino de las administraciones conocidas como liberal demócratas, como la de Obama. El espectro político de Estados Unidos se extiende desde el centro mítico a una derecha lunática. La «izquierda» está representada por renegados sin hogar, a quienes Martha Gellhorn describió como «una fraternidad extraña y completamente admirable». La autora excluyó a aquellos que confunden la política con una fijación con sus ombligos.
Dos crisis de dominación oligárquica en Chile
La historia no se repite: la tesis del “eterno retorno” es sólo una concepción filosófica, no verificable en la historia, sin embargo, los períodos históricos son susceptibles de ser comparados y en ellos descubrir una serie de similitudes muy sugerentes.
En este artículo compararemos dos períodos de crisis de representación y de legitimidad, generados por el derrumbe de la dominación oligárquica; el primero, de 1920 a 1921 y, el segundo, de 2005 al 2013. En ambas crisis encontramos algunos elementos de comparación que, extrañamente, presentan características análogas