Lo que más les irrita es que desde el Estado les hablen y le hablen al Perú entero en los idiomas nativos, como el quechua. Un idioma milenario que los políticos gamonales intentaron infructuosamente aniquilar/borrar por más de cinco siglos. La epifanía oficial del idioma quechua es el inicio de otra derrota histórica, la derrota cultural.