La derrota política que sufrió la Primer Ministro del Reino Unido Theresa May, y los diversos hechos que están acechando a Donald Trump, tienen una estrecha conexión con la falla estructural que arrastra el neo liberalismo por varias décadas. La extrema derecha norteamericana como la del Reino Unido intenta reflotar una nueva edición del mismo modelo, retrocediendo el camino andado. Producir un quiebre en la globalización les significará desactivar complejos mecanismos de interconexión financiera, legislativa, comercial, etc., y varios años de fuerte negociación con resultados inciertos, todo bajo la creencia de que podrán salvar el modelo económico existente.